Es una variedad de té totalmente oxidado. Es probablemente el té más consumido por los europeos. Su nombre se debe a la tonalidad cobre de sus hojas, requiriendo su oxidación durante un largo período, guardándolo en grandes barricas. A diferencia del té verde, el té rojo retiene su sabor por varios años, así como su color rojo oscuro característico. Es bueno para ayudar a la digestión, diurético, y mantenerse despierto.